MADRID, 03 (SERVIMEDIA)
La Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas urgió este viernes a Bruselas a «mejorar y homogeneizar» el etiquetado del alcohol, incluyendo advertencias sanitarias así como información relacionada, por ejemplo, con la cantidad de calorías que implica su ingesta.
Así lo defendió este viernes el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Joan Ramón Villalbí, en el transcurso de su ponencia sobre ‘Las drogas, las adicciones y las acciones para responder a los problemas que plantean’, dictada en el marco de la jornada inaugural del curso de formación ‘Estigma en trastornos adictivos’ organizado por el Consejo General de Médicos (Cgcom), a través de su Fundación para la Formación (Ffomc) y con la colaboración de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las otras Toxicomanías (Socidrogalcohol).
Villalbí consideró que «es posible que mejoremos el etiquetado del alcohol», que estimó que es «muy malo». En este sentido, criticó que, mientras todos los productos alimentarios en la Unión Europea «tienen un etiquetado homogéneo por directiva europea, se acordó dejar el alcohol fuera de este esquema».
«Con lo cual, compras un bote de tomate y tienes mucha información nutricional de contenidos y, en cambio, te compras una botella de vodka y te darán el volumen de alcohol que contiene y nada más», ejemplificó, al tiempo que denunció que la industria «ha incumplido reiteradamente» su compromiso de autorregulación.
En este punto, se mostró convencido de que «habrá un impulso para una normativa de etiquetado mejor y más homogénea en la Unión Europea», y confesó que le «gustaría» que incluyera información sobre el contenido en calorías de cada bebida, porque, a su juicio, «es algo que es desconocido y que sería, seguramente, poderoso en algunas franjas de población».
«Y me gustaría que incluyera advertencias con pictogramas, al menos de temas como en Francia han recogido, relacionados con el embarazo, la conducción o la edad para comprar», abundó, para admitir que no cree que finalmente se incluyan pictogramas en las botellas de bebidas alcohólicas al estilo de los que incorporan las cajetillas de tabaco.
No obstante, insistió en que «sí que tenemos que tener y que tendremos una mejora del etiquetado de las bebidas alcohólicas».
A lo largo de la jornada se puso de manifiesto que el estigma social que sufren las personas con adicción al alcohol se traduce en que tan solo una de cada diez de las que sufren trastornos derivados de su consumo solicita acceso a tratamiento.
