Europa lleva unos meses agitando noticias y, pese a estar en verano, ya son muchos los que esperan septiembre para ver por dónde va a salir el Viejo Continente.
Si pretendes que estos meses hasta finalizar el año no sean sobresaltados, lo llevas claro. Mires donde mires, hay mucho que esperar una vez comience la auténtica vuelta al cole.
Por un lado, la situación política española aún continúa siendo incierta. Se rumorea que se tratará de conseguir la investidura y a pasar a un gobierno – de coalición – definitivo a partir de los primeros compases de agosto, pero nada es seguro aún.
Sin embargo, los ojos están puestos en Reino Unido. Tras los resultados del Brexit, los analistas políticos están intentando definir cuál será la hoja de ruta tanto del país como de la propia UE para gestionar, de la mejor forma, la salida de uno de los núcleos fuertes de esta zona del mundo.
Lo primero en lo que prácticamente todos los expertos están de acuerdo es que hasta que la situación política, tras la renuncia de Cameron y la llegada de la nueva Primera Ministra Theresa May, no se estabilice, la City no descanse por fin de los bailes que están sufriendo algunas de sus empresas financieras más famosas en busca de nuevos lugares donde establecerse y la libra no estabilice su cotización, la salida de UK esperará.
PEro eso también trae consecuencias. La incertidumbre es lo peor que le puede llegar a los mercados. De hecho, la salida de esta país supondrá una bajada de los ingresos para el resto. A esto hay que sumar, además, la preocupación por la inversión en seguridad dados los últimos acontecimientos trágicos que están viviendo países como Alemania, Bélgica o Francia con el terrorismo.
Sin duda, queda un final de año trepidante en el Viejo Continente, con gobiernos cada vez más cuestionados y cuya unanimidad cada vez está más rota.
